Miedo, entretenimiento y
arte
Por: Diego Valbuena
Siempre defenderé la idea de que el conocimiento se debe generar en la
interacción con nuestros cercanos (y a veces con lejanos) y no como un pensar
solipsista o aislado dentro de un cuarto sin asomarse por ninguna ventana. De
ahí que, a partir de un par de charlas valiosas sobre el arte, su sentido en la
actualidad, el lugar del poder adquisitivo en el desarrollo creativo del
artista, pretendo dar unas cuantas reflexiones, agradeciendo profundamente a mi
interlocutora, la artista Sam García.
Como en anteriores entradas, reitero que acá he ido describiendo desde
mi experiencia cómo el miedo terminó siendo un recurso efectivo para el control
de las acciones, e incluso de los pensamientos, de las personas y nos ha
mantenido en un estrado letárgico con unas cuantas manifestaciones
reaccionarias que, lastimosamente, pierden su fuerza en el tiempo.
Definitivamente son importantes ese tipo de expresiones y manifestaciones, pues
de no haberlas, estaríamos comportándonos como la mayoría de los personajes de
Huxley en Un mundo feliz. Y no es gratis lo que este autor nos
dice en esta novela: la felicidad radica en que otros piensen por nosotros,
otros tomen decisiones por nosotros y que nosotros nos limitemos a unas cuantas
acciones programadas por otros.
Ahora bien, a propósito de esta entrevista que le hacen a Vargas Llosa sobre el lugar de la cultura en la actualidad, y
la presentación de su ensayo La civilización del espectáculo, y
sumándole a todo esto las jornadas de reflexión con mi amiga Sam sobre el arte
en nuestra sociedad, son varias las preguntas que emergen a partir de lo que
vemos, escuchamos y leemos a diario sobre eso que los medios llaman arte y
entretenimiento.
En nuestra sociedad, en este territorio, por lo menos, parece que la
cultura del entretenimiento se impuso con gran victoria sobre todas las demás
posibilidades culturales que la humanidad ha configurado y configura
continuamente en el devenir de sus interacciones. Y más que imponerse, terminó
redefiniendo todo lo que se le parece, todo lo que se le acerca, todo lo que
suena parecido. El arte de hoy es arte de entretenimiento. Me refiero a arte en
todas sus posibilidades y manifestaciones (desde la pintura hasta la literatura
pasando por teatro y performances). Hoy, el plan de ir a un museo (entrada
gratis los últimos domingos de cada mes) se compara con ir a Salitre Mágico o
el paso a Melgar. Si hay poco dinero, pues se va a museo de entrada gratis (es
casi que demencial pagar por ver unos brochazos y unos pedazos de piedra ahí,
puestos). ¿Por qué sucede esto?
El arte, como actividad, oficio, profesión, labor, igualmente ha entrado
en la lógica del sistema de mercado como el ser ingeniero o profesor. Ser
artista es hoy debatirse entre mantenerse fiel a la expresión de una
subjetividad (interna o externa), o a plasmar algo que guste a alguien y
que pague por ello. ¿Ambas cosas podrían ser compatibles? En mi opinión,
no. Pues en el momento en que el artista lo que busca es usar ciertas
herramientas en un proceso comunicativo, donde la importancia recae en eso que
se desea transmitir (no necesariamente comunicar, como un sentimiento), el
valor de dicha expresión (plástica, musical, teatral, escrita, etc.), está por
fuera de los límites del dinero y se ubica en el plano de la reflexión por el
sentido de nuestras vidas. La realización del artista debería ser, entonces,
ser visto o escuchado o leído. ¿Y de qué vive?
El artista no es igual que el ingeniero o el médico, por más que se
presione la comparación y se afirme que ambos son profesionales y que ambos se
están preocupando por el bienestar de la humanidad y todas esas ideas. El
artista debe construir su obra para aportar a la comprensión del mundo (y de
ahí su mayor proximidad con el filósofo), y así dar cuenta de una mirada
particular que se vuelca sobre el artista, pero también sobre quien contempla
la obra. Considero que para alcanzar este objetivo, el artista no puede estar
pensando, en paralelo, en cómo vivir de su obra. El consenso encontrado entre
Sam y yo es que, todo saber brinda unas herramientas que deben ser aprehendidas
para realizar las labores particulares, siendo así, el artista, en particular,
puede buscar el sustento económico en la transmisión de ese saber, o, también,
en la variación de uso de las herramientas adquiridas en otras actividades
donde no se comprometa la obra del artista. Pongamos un ejemplo.
Sam es artista plástica, ha hecho la carrera de Artes Plásticas y se
acerca el final de esta etapa. Pareciera que la lógica dictaminara que debe
buscar cómo vender(le) su obra, para el sustento de su vida y su obra (que es
casi una redundancia). Pero, más bien, podemos deconstruir la acción y afirmar
que, al haber dedicado cinco años de su vida a la academia, Sam ha adquirido
una serie de herramientas que le permiten construir su obra, pero que también
puede hacer con ellas otras actividades, que le den una entrada económica (como
la enseñanza formal, informal, no formal) y en ese camino no comprometer el
sentido de su creación.
Este ejemplo puede llevarse a todos los planos de creación artística:
literatura, cine, teatro, danza, etc. ¿Por qué considero esto importante?
Porque el arte en la actualidad está vacío de sentido y lleno de valor
comercial. Porque hoy el arte están enquistado en el enorme mundo del
entretenimiento, y no de la reflexión y el cuestionamiento. Porque hoy el
artista es más una estrella que un pensador. Porque el arte abandonó sus
preguntas para empezar a dar respuestas ante las cámaras, con el fin de que ese
rostro (antes que esa obra) sean recordadas en la memoria a corto plazo de los
consumidores de espectáculo-arte. Porque a la hora de pensar en alimentarme
dejo de lado toda posibilidad de reflexión profunda sobre el ser y su estética.
El miedo ha capturado al arte, no como fin, sino como medio. Esta
captura ha dejado un enorme vació en la sociedad, vacío de reflexiones, preguntas,
vacío de discusiones y críticas. Siempre, para vencer al miedo, primero debemos
entenderlo para, posteriormente, encontrar el camino que nos desprenda de sus
ataduras y así alcanzar el fin del miedo.
Articulo que el autor nos envía a través de su blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario